Madre mía, me faltarían palabras y tinta para expresar,
todo el amor y admiración que siento por ti.
Pues de tus manos blancas,
sólo palomas de paz y amor vuelan para tus hijos.
Madre mía en tus ojos cansados puedo ver
las noches de vela.
Los trabajos y penas que sufriste por nosotros tus hijos.
¡Eres la heroína de la casa!
La que está siempre pendiente
de todo los miembros de la familia.
Madre mía ¡Cuanto te quiero!
Tu corazón cuántas veces habré hecho sufrir,
con mis travesuras de niño y en mis arrebatos de adolescente.
¡Madre santa!
Hoy beso tus manos benditas.
Porque sólo saben dar amor sin medida.
todo el amor y admiración que siento por ti.
Pues de tus manos blancas,
sólo palomas de paz y amor vuelan para tus hijos.
Madre mía en tus ojos cansados puedo ver
las noches de vela.
Los trabajos y penas que sufriste por nosotros tus hijos.
¡Eres la heroína de la casa!
La que está siempre pendiente
de todo los miembros de la familia.
Madre mía ¡Cuanto te quiero!
Tu corazón cuántas veces habré hecho sufrir,
con mis travesuras de niño y en mis arrebatos de adolescente.
¡Madre santa!
Hoy beso tus manos benditas.
Porque sólo saben dar amor sin medida.
Ay, las madres.
Son caudales de amor infinito.
Brillantes ángeles terrenos.
Luchadoras tenaces.
Almas infatigables.
Mil oficios en la casa.
Son caudales de amor infinito.
Brillantes ángeles terrenos.
Luchadoras tenaces.
Almas infatigables.
Mil oficios en la casa.
Madre mía
un día te fuiste al cielo.
Ya no veo tu rostro. No escucho tu voz. ¡Ya no oigo tus consejos!
Más tu recuerdo inmortal queda,
y tu ejemplo de bien, quedó grabado en mí y mis hermanos.
¡Madre somos tu siembra!
Tu fuiste el árbol grande
que dio buenos frutos.
Madre seguiremos tu ejemplo.
Seremos tenaces, luchadores aguerridos.
Trataremos de hacer las cosas siempre bien en la tierra.
Como tú siempre nos lo recordabas.
Amaremos a nuestro prójimo
Como tú bien nos enseñaste, con tu ejemplo.
Madre fuiste nuestra gran maestra
¡En la escuela de la vida!
Algún día te volveremos a ver en el cielo.
Espéranos entre ángeles mamá...
un día te fuiste al cielo.
Ya no veo tu rostro. No escucho tu voz. ¡Ya no oigo tus consejos!
Más tu recuerdo inmortal queda,
y tu ejemplo de bien, quedó grabado en mí y mis hermanos.
¡Madre somos tu siembra!
Tu fuiste el árbol grande
que dio buenos frutos.
Madre seguiremos tu ejemplo.
Seremos tenaces, luchadores aguerridos.
Trataremos de hacer las cosas siempre bien en la tierra.
Como tú siempre nos lo recordabas.
Amaremos a nuestro prójimo
Como tú bien nos enseñaste, con tu ejemplo.
Madre fuiste nuestra gran maestra
¡En la escuela de la vida!
Algún día te volveremos a ver en el cielo.
Espéranos entre ángeles mamá...
Autora:Edith Elvira Colqui Rojas-Perú.