¡Háblame amor, háblame!
No estés inerte, callado.
Sin alma, sin voz.
Háblame alegoría de mi ser.
¡Aquí sólo veo sombras!
¿Dónde está tu luz?
¡Háblame, ternura!
¡La tumba vacía, que estalle en voz¡
¡Que la lápida se abra!
Quiero sentir tu calor.
¡Háblame!
Que en esta tumba,
ya no siento los alientos de tu amor.
Sólo cenizas y polvo en mis valles de dolor.
No estés inerte, callado.
Sin alma, sin voz.
Háblame alegoría de mi ser.
¡Aquí sólo veo sombras!
¿Dónde está tu luz?
¡Háblame, ternura!
¡La tumba vacía, que estalle en voz¡
¡Que la lápida se abra!
Quiero sentir tu calor.
¡Háblame!
Que en esta tumba,
ya no siento los alientos de tu amor.
Sólo cenizas y polvo en mis valles de dolor.
Tendida como paloma blanca,
en esta tumba sin amor.
Mis brazos caen lánguidos
y mis lágrimas en explosión.
Encorvada voy.
Mi frente tocando la lápida gélida,
los ojos sin vida,
el corazón hecho hiel.
Dejé una rosa en tu sepultura,
para que te ame por las noches
y recuerde,
al amor abandonado que dejaste.
Cae la lluvia, moja mi alma
y la tumba sigue muerta.
Cae mi esperanza yerta.
¡Háblame, amado!
Mira que muero,
¡Muero de dolor!
La decisión está tomada.
Quiero seguir tu senda de silencio.
Tomaré el brebaje,
nos encontraremos en feliz viaje.
Al fin seré tuya de nuevo mi amor.
*Autora: Edith Elvira
Colqui Rojas -Lima - Perú
derechos reservados
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