Cada día
es una oportunidad
maravillosa para ser feliz.
La felicidad no tiene
vestidos rimbombantes como muchos creen.
La felicidad tiene vestidos
cotidianos,
está muy cerca de tus ventanales.
No está en las montañas de dinero,
no está en las cáscaras de la
piel y la belleza exterior.
No está en una salud
desbordante,
no está en un amor pasajero
que muere con el tiempo.
La felicidad está en tu casa,
en tu casa del alma.
En tu vecindario,
en la hermosa naturaleza que
te sonríe todos los días
suplicando:¡Mírame por favor!
La felicidad bulle en tu interior:
si sabes amar de verdad,
si sabes perdonar,
si sabes regalar bondad.
Entonces tu luz brillará como gran llama
tu aureola todo el mundo la
verá.
La felicidad no está en una fiesta
que termina cuando se acaba
la música.
La felicidad es tu música
interior.
Vive cada día
como el último que vendrá.
Vive el hoy plenamente,
mañana
no sabes si estarás.
Vive con ojos de alegría,
vive con luz en el corazón,
vive siempre con esperanza,
y hasta en el nubarrón serás
feliz.
Vive recordando siempre
que vienes de un Dios que te
hizo con inmenso amor.
Y se llenará de gran gozo tu
corazón.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados(Prohibida su copia
total o parcial)