Es la hora del huerto,
la hora de la agonía, de la feroz prueba.
Caldea la angustia y el espanto.
Hierve el miedo en tus venas,
sudas gotas de sangre...
Los olivos se quedan mudos y helados.
Contemplan tu pavor.
El huerto hace luto,
la soledad se hace tierra.
Tu espalda se encorva,
tus manos se juntan.
Empieza tu oración:
"Padre si es posible que pase de mí
este tormento,
pero que se haga tu voluntad"
Oración de agonía
en gotas de sudor, que se hacen charcos.
Los cuervos de la muerte, te rondan.
Vienen ángeles a consolarte.
Te ciñes el cetro de la fortaleza.
vienen los soldados a prenderte.
¡Vamos,
Es la hora señalada!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú.-Derechos reservados.
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