Hoy te visto dibujado en
sombras, amigo.
¡Estabas velado y tan callado!
¡Cuánta falta me haces, en este corazón sin fondo!
Me acuerdo tus risas
tus ocurrencias, tus consejos,
y las lágrimas inundan mi rostro.
¡Estabas velado y tan callado!
¡Cuánta falta me haces, en este corazón sin fondo!
Me acuerdo tus risas
tus ocurrencias, tus consejos,
y las lágrimas inundan mi rostro.
Pero hoy no te he visto alegre,
estabas triste, mustio apagado como vela.
Echado en una cama fría,
tan fría como tu ausencia, que me hiela los huesos,
y me deja muda,
inexistente, vacía.
¡Amigo!
¿Dónde estás?
Que fue de tu sonrisa de niño travieso,
que fue de tu amor a la vida,
en que recodos se extinguió tu voz.
¡Amigo regresa a la puerta de mi casa!
en que fabricábamos mundos dorados,
donde la luna brillaba redonda.
Regresa a esa carretera,
donde veíamos el pasar de los carros eternos,
de la amistad sincera.
¿Sabes?
desde que te fuiste, no he vuelto a sonreír,
cómo sonreír, si tú sufres,
como comer, si tu almuerzo es medicina,
cómo dormir, si se extingue tu vida.
Amigo resurge, Dios está de nuestro lado,
regresa a tu casa, tus hijos te esperan, tu esposa llora…
Deja esa cama oscura que te ata,
¡Regresa!
Todos te esperamos con los brazos abiertos,
y con más amor que nunca...
Con ganas de atraparte en los aires,
ya no soltarte,
para que nunca,
te vuelvas a ir.
Amigo, vuelve
¿Bueno?
Aquí te espero yo...
(Poema dedicado con mucho cariño y pena a mi amigo Roberto que está internado en el hospital)