Hojas de otoño en mi
ventana.
Caen ligeras, volátiles, aladas.
Algunas besan los cristales transparentes.
Otras me sonríen con aire triste,
mientras van cayendo, volando.
En mi ventana las veo caer como plumas,
se dejan llevar por el viento ¡Tan sumisas!
Parecen almas dormidas.
Ya nada les importa y se dejan caer amarillentas.
Abandonadas, lánguidas.
Quisiera ser como las hojas libres y anárquicas,
dejarme llevar por los vientos, no pensar tanto,
y dejarme llevar por el destino, como un niño inocente
del brazo de su madre.
Caen ligeras, volátiles, aladas.
Algunas besan los cristales transparentes.
Otras me sonríen con aire triste,
mientras van cayendo, volando.
En mi ventana las veo caer como plumas,
se dejan llevar por el viento ¡Tan sumisas!
Parecen almas dormidas.
Ya nada les importa y se dejan caer amarillentas.
Abandonadas, lánguidas.
Quisiera ser como las hojas libres y anárquicas,
dejarme llevar por los vientos, no pensar tanto,
y dejarme llevar por el destino, como un niño inocente
del brazo de su madre.
La vida es tan simple y creo que sería más fácil
si nos dejáramos llevar como las hojas.
Dejar que cada cosa caiga por su propio peso.
Ser sencillos, simples como las hojas que caen por mi ventana.
¡Tan pacificadas y serenas!
¡Tan bellas!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas - Perú-Derechos reservados