Adiós amor de sal y mar.
Adiós amor de caracolas mágicas...
Hoy en tus barcas livianas
partes de mi vergel.
Llevo en mi pecho
sangrando
el dolor de tu despedida cruel.
El viento frío te despide con nostalgia,
Una peña le grita a otra:
¡No te vayas por favor!
Yo, de la pena,
estática, muda me quedé.
Adiós marinero de mis ensueños,
¡Adiós vida de mi vida!
En esta orilla me quedo sola,
acompañada de la soledad de las olas
y de tu recuerdo
que me quema como astilla ardiente.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados