Mi niña interior,
nunca está dormida,
reverdece cuando menos lo imagino,
aún conservo a alegría y la chispa infantil,
la inocencia en algunos aspectos,
pues creo siempre en un mundo de bondad
aunque las noticias me digan lo contrario.
Y como antaño con mi madre
me ilusionan y festejo mucho las fiestas navideñas
y los cumpleaños.
Soy una adulta niña sensible,
ante los sufrimientos propios y de los demás.
Mirándome al espejo
yo no veo arrugas, ni edades,
veo esa niña traviesa, locuaz, que siempre fui;
aunque en el colegio y obligaciones muy
responsable,
nunca dejaba de sonreír.
Y cuando llegan las olas negras de la vida,
siempre enciendía un cirio dorado de esperanza.
No quisiera que muera nunca mi niña interior,
porque de allí saco fuerzas para sumir la vida con
ilusión.
Los grandes son complicados,
los niños son mas simples,
por ello yo prefiero vivir con esa niña que a
veces aflora
sin dañar a nadie y sin rencor.
Regalando a todos
una pequeña flor de amor.
Mi niña interior
me habla, me dice: amiga qué felices fuimos cuando
niñas, sin problemas ni preocupación,
ahora estás en el mundo de los adultos
pero no te vuelvas amargada, ni mujer seria
por agradar a los demás.
Nunca pagues tu sonrisa de niña alegre,
nunca dejes de creer en un mundo mejor,
toma todas las cosas por su mejor color.
No dejes nunca de tener una estrella de sueños
y lucha siempre, siempre, por conseguirla con
pasión.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos
Reservados
Evento: Encuentro conmigo mismo
Autor: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú
Fecha: 25-04-2019