es mi máximo anhelo señor,
allá quiero ir,
allí ángeles dulces me cantaran,
no habrá más lágrimas, penas, ni dolor,
habrá una paz sin igual,
veré tu rostro iluminado,
besaré tus manos con emoción,
te presentaré todos mis pecados,
tú solo misericordia y perdón.
Solo te pido,
no dudar nunca que me amas,
mas allá de mis maldades y pecados,
tú me amas, sí que amas,
nadie me ama como tú,
convencida estoy.
Llévame al cielo, pronto por favor.
No, no me dejes aquí,
que este mundo no me sacia.
Crucifica mis ojos si me impiden llegar allí,
crucifica mi boca,
si por ella lo voy a perder,
crucifica mi mente,
si me desvía de allí,
crucifica mi corazón
para que te ame solo a ti.
El cielo es morada de descanso,
para el que en la tierra se lo ganó,
Ay amor de Dios sí,
pero también voluntad, esfuerzo, lágrimas, entrega,
para recibir el premio mayor...
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-D.R.A.
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