Esa noche,
fue pleno goce, en copas, desbordadas de pasión.
Las velas ardían,
las cortinas se plegaban,
nuestros cuerpos serepenteaban, en pleno goce,
en éxtasis de explosión.
Cuánta ternura derramada,
cuánta emoción desbordada,
recorriendo nuestras sábanas.
La noche sus cabellos mojaban,
pues sus calderos quemaban.
Nuestra noche deliraba,
a viva voz su llama incendiada.
Luego de llegar a la cúspide,
Luego de llegar a la cúspide,
nuestros cuerpos rendidos,
descansaban,
en los brazos del amor consumado.
Autora Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-D.R.A
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