No salto al vacío,
abajo hay mucha soledad,
mas llanto que mi llanto.
Llegué aquí
por mi mala determinación,
¡Pero ni loco salto!
El mundo está perdido, sí.
Hay hambre, contaminación.
Ella por otro me dejó.
No tengo dinero para pagar las
cuentas.
Pero yo no salto a la boca de
la muerte.
Pienso en mi esposa, en mis
hijos
y doy retroceso,
¡Desisto!
Abajo en el vacío,
solo veo rocas,
que destrozaran mis sueños,
y un mar esperando tragarme.
No, no salto al vacío.
Me retiro, me levanto;
empiezo a caminar de nuevo.
Nuevo hombre con flor de
esperanza,
nació de la desgracia.
Una voz del cielo
le salvó la vida.
Lo hizo entrar en razón.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos reservados
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