Ayer soñé con un túnel de paz,
recubierto por varias puertas de follajes verdes.
Yo iba hacia ella,
al son de violines celestiales.
Larga era la vía,
para llegar a su último tramo.
Penas y trabajos, dejaba en cada pisada.
Iba desnuda sin nada;
solo con los pedazos de mi alma solitaria.
Allí en su puerta final, pequeña,
me esperaba Jesús y la santa virgen;
me recibían contentos en su ciudad empírea,
y luego se cerraba la última puerta del túnel verde.
¡Al fin llegué a mi morada celeste!
Y vi entre sollozos de alegría: el rosto de mi madre...
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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