La poesía es mi vida
como la luz y como el sol del
nuevo día;
en sus ojos cristales mi vida
camina.
La poesía con sus musas
ilusionadas a diario me llama;
oigo su clara voz en mi
ventana
¡Oh mi princesa, dama
soberana!
La poesía me arrulla;
calma mis angustias
y los problemas parecen
plumas livianas.
La poesía me besa;
son sus besos dulces manzanas
que me dejan el alma
perfumada.
La poesía me posee
teje sortilegios en mi alma
me seduce con sus liras
decantadas.
La poesía me eleva,
siento un éxtasis alborotado
en mi alma
cuando tocan sus lámparas
mis fontanas.
La poesía es mi hermana, mi
amiga;
porque ella sabe todos los
sentimientos de mi alma
y me acompaña en mis noches
de inspiración desvelada.
La diosa poesía invadió mis
castillos un día,
entro sin aviso, sin tarjeta
de invitación,
posó sus ojos en mí alma
y me enamoró cómo nadie;
con sus ruletas de versos,
con sus giros y sus metáforas novedosas.
Desde entonces ya no soy la
misma,
la poesía es parte de mi
sangre, de mis médulas, de mis sueños;
Yo vivo de ella,
ella vive para mí,
yo me adueñé de ella,
y ella me poseyó.
quiero que me acompañe
hasta mis últimos minutos de
vida.
Entiérrenme amigos poetas
hermanos,
con mis letras que he amado
tanto.
Fui
Poeta de desván y poeta
virtual,
y feliz con sus perfumes de
paz moriré.
Empuñando mi pluma.
Luchando por un mundo mejor
no desmayaré.
Con mis letras al cielo contenta volaré.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos reservados
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