Yo defiendo la inocencia,
sus blanco lirio en pureza,
su tersa delicadeza,
¡Rescatemos la decencia!
En sus patios de limpieza
su cuerpo habla mutilado:
¡Mi azucena han cercenado,
vuela la pornografía
en TV y redes se cría!
¡Me parece demasiado!
Veo que muere el candor,
Se han manchado muchos ojos,
la piel en sexo de abrojos;
se muere la blanca flor.
Siento dolor interior
al ver el daño y abuso
del cuerpo preso, recluso
en detestable presidio
de masivo genocidio
de la pureza en desuso.
Yo proclamo la inocencia,
en un mundo intoxicado;
y de lascivia minado.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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