Jesús, salvador del mundo,
En tus brazos divinos hallo consuelo.
Sumo sacerdote, intercede por nosotros.
Úngenos con los bálsamos de tu amor bello,
Calma nuestras bullas interiores
Riega nuestras ansias,
Invitamos a amar y danos paz.
Soplamos tu aliento de vida y alegría
Toma nuestras faltas y blanquealas,
¡Oh, sublime maestro!
*Edith Elvira Colqui Rojas - Perú
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