Ayer, en un huerto cercano,
vi un espantapájaros,
los cuervos contentos se posaban en su brazos.
Le pedí a mi madre que haga uno,
para que las aves no se coman nuestro maizal.
Mamá Leonor, se puso a trabajar con nuestra ayuda.
Le puso los pantalones viejos de papá,
y ese sacón rojo de mi hermana,
de perillas le daba.
Le rellenó el cuerpo de pajas
y lo puso en forma de cruz en nuestro huerto.
Cuando terminó de hacerlo,
todos saltamos de contentos.
Tiene una apariencia muy dulce,
a pesar se espantar pájaros.
Me gusta verlo, muy alto,
con sus brazos extendidos.
Es muy colorido,
pues mi madre dijo
que era para que ahuyente mejor
a las aves.
Me gusta su cabeza de calabaza,
y sus ojos huecos,
con su sombrero de paja,
y su bufanda de cuadros.
¡Hurra, qué bello quedó nuestro amigo!
Gritaban mis hermanos.
Papá lo cargó hasta el huerto,
y dijo que el otro mes,
habría que cambiarlo de lugar,
para que las aves no se acostumbren.
Soy feliz, viendo todas las tardes,
a nuestro amigo espantapájaros;
tan serio haciendo su labor,
con sus brazos extendidos
parece que quisiera volar.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-
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