LA PRINCESA Y LA
BRUJA (cuento)
Érase una vez una
princesa que tenía todos los lujos de palacio pero que se sentía muy triste. Pues,
había dejado de ser niña y necesitaba alguien a quién amar.
Todas las
noches salía su balcón a mirar las estrellas y la luna, pero un día,
se le apareció una malvada bruja que le dijo que si la seguía le presentaría un
príncipe apuesto. La muy incauta le hizo caso a la bruja y esta la llevó al
profundo bosque y le enseñó su casa llena de telarañas y con muchos murciélagos
revoloteando y muy desaseada, por lo que la princesa Misti le dijo: Bruja, ¿aquí
en esta casa sucia vive le príncipe?
. Y la bruja le respondió:
No hijita el príncipe estaba aquí hace una media hora ya se fue pero debes
dormir aquí conmigo un día para que lo puedas ver mañana tempranito.
La princesa, creyendo en ella, se acostó muy contenta en una cama que la bruja le había
preparado, porque pensaba ver a su príncipe al levantarse. Pero al día
siguiente apareció en una jaula y en vano fuero los gritos que lanzó para huir
pues nadie la oía en ese inmenso bosque Y la bruja le dijo: Muchacha
ilusa cómo se te ocurre encontrar un príncipe en este bosque tan inmenso y
olvidado. Y la princesa le dijo: Bruja malvada me engañaste. Y la bruja le
replicó: Qué tonta eres niña, ja, ja, ja, ja, ja...
-¿Qué harás conmigo?- le preguntó
-Te daré de comer, te engordaré
luego haré contigo una sopa y moleré tus huesos que combinado con mis pócimas mágicas
me devolverán la juventud y belleza.
La pobre princesa
al oír esto se desmayó.
Por otro lado, los padres de la princesa
ordenaron a sus súbditos la busquen por todo el bosque, y así fue, hasta que encontraron
la cabaña de la bruja y al ver por la ventana que la bruja dormía, rescataron a
la princesa, y luego, uno de los vasallos le clavó una lanza en la barriga de la
bruja y al instante ella desapareció de aquél lugar. Muy asustados
corrieron con la princesa y se la devolvieron a sus padres, no sin antes aconsejarles
que tuvieran cuidado ya que la bruja podría volver, pues había desaparecido.
La princesita
prometió a sus padres, esperar con paciencia a su príncipe adorado y se dedicó a
gobernar a su pueblo junto con sus padres.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados/ copyright
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