© SOY UN PEZ SOÑADOR

SOY UN PEZ SOÑADOR

Busco peces con plumas doradas comprometidas, peces con zapatos de tierra... Este poema lo podéis seguir leyendo en las plataformas que siem...

viernes, 27 de abril de 2018

MARIPOSAS DE COLORES











MARIPOSAS DE COLORES

Mariposa  monarca,
¡Qué bella eres mariposa!
Tus vestidos naranja y negro 
¡Qué hermosos se ven en el clavel!

Mariposa amarilla,
¡Tus alas encendidas cómo brillan!

Mariposa roja,
¡Qué magia y belleza derrochas!

Mariposa blanca
¡Cuánta ternura y paz regalas!

Mariposas de colores,
¡Volad entre las flores!
Alegrad el mundo,
y cercenar los rencores.



Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados/copyright ©

La hormiga trabajadora (poema infantil)






Dora la hormiga trabajadora,
aconseja a sus amigas,
la mariquita y la mariposa Teodora:
"Hay que trabajar mucho amigas,
en el verano, para tener alimento para el invierno"

Recoger hojas, semillas, migas de pan,
con ahínco y afán,
¡Mucho descanso luego nos dan!

La hormiga Dora trabaja con sus hermanas hormigas,
en paz y armonía.
Se distribuyen el trabajo;
hacen la faena con alegría.


Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados/copyright ©

*Un poema infantil que enseña la laboriosidad y la armonía.


jueves, 26 de abril de 2018

Blanca nieves ( 3 haykus)




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Madrastra mala,
envidia su belleza
¡Es Blanca Nieves!

Los enanitos,
blanca nieves ya duerme,
envenenada


Un beso tierno,
La despierta del sueño
¡Es el Príncipe!

    Autora Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados de autor/copyright ©



El lustrabotas (relato)



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Como todos los días al rayar el alba, Juan sale a trabajar.
Tiene un hermano de cuatro años, muy juguetón y una madre enferma por quien velar. Coge su caja con betún, cepillos y trapos y sale a la calle, buscando su destino, luchando por sobrevivir.


-¡A dos soles la lustrada caballero, dejo zapatos limpios como espejo! 

-¡Oye muchacho, lustra mis zapatos, bien limpios!,

Muriendo a su infancia, Juan tuvo que dejar el colegio. Pues no le alcanzaba para los gastos de su casa. Su madre vende golosinas en la puerta de su casa y cuida a su hermano pequeño.

- "Unos años más de trabajo y regreso al colegio tengo que estudiar para trabajar en algo mejor, comprar las medicinas de mi madre y llevarla a un buen doctor, también para los útiles de mi hermanito que el próximo año irá al jardín".

Con estas esperanzas, Juan trabaja hasta muy tarde, con la sonrisa en el rostro cansado y la barriga medio vacía gritándole siempre su pobreza.

Lustrando zapatos y botas en una Lima indolente y sorda.

Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados.

   

Soy (Poema autobiográfico)

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Soy (Poema autobiográfico)

Soy hija del viento, del sol y el mar,

crepúsculo brillante al amanecer;

mujer que vuela en mundos perfectos,

Soy la mujer de Loto,

la de las mariposas en el pelo...


Mi pluma celeste escarchada,

pinta palabras soñadas,

soy el hada que te hechiza con palabras.


Soy la voz que te acaricia, que te susurra palabras suaves,

tañido dorado de románticas campanas, 

polvo que levanta conciencias dormidas.


Soy paloma solitaria, 

escondida en el silencio de mi casa,

esperando beber el agua de un manantial amanecido...


Mi canto,

un canto a la bella tierra,

al cielo enamorado,

al árbol que cae,

al niño que llora y ríe,

al mundo acibarado y al dulcificado ...


En tiempos de penumbra, soy acero bruñido, 

en tiempos de luz, girasol radiante,

soy aire, soy gorrión,
buscando siempre una estación para mis sueños;

mariposa blanca, capullo en flor...


No soy perfecta lo sé,

pero te regalo, todo lo bueno que soy
.


Y cuando acabe mi canto en esta tierra

no quiero llanto, ¡No!,

sólo una flor.

Flor que no muere en la tumba muerta,

flor brillante de tu amistad sincera,

y tu recuerdo eterno.


El hada de palabras yace yerta, 

tranquila...

en urna de cristal

va vestida de blanco,

lleva entre las manos

una rosa roja y una pluma dorada,

señal que ha vivido mucho y ha amado tanto...


Mucha gente la despide emocionada,

se oye la voz de los versos que la acompañan,

suena la música de los violines y las guitarras que tanto amaba.

A lo lejos un jilguero canta en melancolía,

y ella se despide del mundo contenta,

se despide de la vida,

que le dio lo que siempre soñaba,

¡Ella se va agradecida!


El día baja sus pestañas,

ya atardece,

llueven rosas en el cielo...


Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú
-derechos reservados

Caminos de la vida


Imagen relacionada

















Caminamos en el desierto de la vida,
entre piedras y malezas,
entre flores y cerezas,
con pisadas de esperanza,
con pisadas vacilantes
Que se afianzan en el tiempo,
y se templan en la prueba.
Caminamos y las huellas nos dictan palabras
de azúcar o sal
el sendero parece largo, pero es corto.
Cada uno forja su destino,
cada uno su cielo o su oscuridad.

Queremos dejar huella en el aire, en los montes, en el mar
la mejor huella: una vida pura que no se enreda
con el polvo, las piedras y el mal
trazo fino para huellas que vendrán.

Somos camino para el viajero, que a la puerta está
somos camino inacabado, en el trayecto se aprenderá

Nuestro camino es un enigma,
un siempre empezar,
hasta que algún día al fin lleguemos
a feliz eternidad.

    Autora Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados de autor/copyright ©

CASTILLOS DE AMOR Y OLVIDO



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Castillos de amor y olvido

Voy construyendo castillos de amor en una cima, alta, empinada; para que me puedas ver siempre y me recuerdes.

Las olas de un mar azul,
 golpean incesantemente las costas de mi castillo;
así como los ecos de mi voz te llaman, siempre
con las olas de mi ansiedad...

Hoy he subido a las habitaciones altas
y vi por la ventana que tu imagen se perdía diluida en este mar azul y no la pude retener.
¡Qué difícil retener el amor cuando ya no te siente!


En el exterior, he sembrado plantas y flores,
que son los alegres recuerdos de amor contigo en mi castillo.

Me conoces, 
yo soy el castillo que se funde en tu alma,
que te busca, que te llama...

En ti soy bella, bella como un castillo francés,
 con sus torres, almenas y ventanales.

Yo soy ese castillo que vive en ti, que no respira sin ti.
Toma entre tus manos mi castillo, dale de beber, dale agua...

En las noches tengo miedo en mi castillo, pues hay poca luz;
no te puedo ver y sufro.
Es entonces que un rayo irrumpe  mi castillo,
lo hace pedazos y cae, ¡cae!,
Como se desvanece, poco a poco, la esperanza de verte.

A lo lejos, gaviotas negras del olvido,
vuelan en círculo por mi castillo alicaído.
Tú  ya te has ido,
y yo aquí otra vez sola, en mi inmenso castillo...


  (Todavía reservo una habitación grande para ti...)

    Autora Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados de autor/copyright ©