¡Cómo duele amar
al que nunca te ha querido!
Ay, como duele, sentir los dardos del alma herida,
¡Cómo duele!
al que nunca te ha querido!
Ay, como duele, sentir los dardos del alma herida,
¡Cómo duele!
Sentir que ya no eres la preferida,
la única,
la favorita,
la que llena sus noches y sus días,
¡Hay, pero cómo duele!
sentir que el cielo se viene abajo
que ya no es tuyo,
que se fue en un barco,
que no regresa,
que se fue para siempre.
Cómo duele haber entregado el corazón
y te lo devuelvan partido.
Apoyarte en la ilusión y sea ahora terreno baldío.
¡Cómo duele!
Saber que nunca volverá
a tus brazos,
que nunca tocará más tus labios;
que ya más nunca verás su sonrisa.
¡Cómo duele!
Pero debes tener amor por ti y por la vida,
rescatar tu alma del dolor,
y empezar de nuevo con tu vida.
Aunque con el alma herida
y un poco partida.
¡Ay, cómo duele tu partida!
Autora: Edith Elvira
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