Amo la paz serena con sus banderas blancas,
con sus bellas sonrisas alegres y vivaces,
con sus fusiles muertos y sin avez rapaces;
con sus negociaciones y sus sonrisas francas.
Amo la paz por siempre, sin límites ni trancas,
para mí sus palomas no son alas fugaces
si no realidades; son gritos eficaces;
yo asumo ese trabajo de mover sus palancas.
Quiero la paz fugada de mentes egoístas,
libre de las cadenas escondidas en rosas,
que levante su vuelo sin límites austeros.
Quiero que a su llama alba, nunca, jamás resistas,
que ella avanza de largo con voces silenciosas
y su sonrisa larga con sus sueños viajeros.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados