ALMAS SENSIBLES
Existen almas sensibles
que se embelesan y admiran
en los sucesos que miran;
viendo mil hechos invisibles.
Tienen gafas de imposibles,
son almas que aman la flor
en su belleza interior,
son almas iluminadas
de la maldad conservadas,
¡Disfrutan su alrededor!
Son almas que no han perdido la
capacidad
de asombro
ni de contemplación,
que lloran al ver un pájaro
herido,
que se emocionan con una ocaso
o una nueva alborada,
que saben reír libremente,
que no juzgan con prejuicios o
normas estándar.
Esas almas aún sienten cuando
ven un muerto o herido,
que saben distinguir lo
bueno de lo ruin,
son almas que perdonan sin
límites.
Estas almas nunca están quietas
petrificadas
siempre están en vuelos
creativos,
en estado iluminado.
Hay almas sensibles
en el mundo,
pero también hay almas
mezquinas, metalizadas,
que piensan que disfrutar de
todo lo bello que nos da el mundo
es perdida de tiempo,
que todo lo miden con balanzas
de dinero,
porque son almas con
sensibilidad de piedra,
a ellos la belleza de lo
cotidiano y sencillo les parece poca cosa.
Para ellos una puesta de
sol, es una roca,
el vuelo de los aves no les
dice nada,
la sonrisa y diálogo de los
niños les parece irrelevante.
Esas alma.
ya están muertas y disecadas.
porque al no reconocer lo bueno
y noble de la naturaleza y del mundo,
pierden las ilusiones y poco a
poco se ahogan en la amargura y el hastío.
Esas almas,
tarde o temprano irán al
cadalso del tedio y la falta de ternura.
donde todo es oscuridad y
amargura.
Nada les saciará
y tendrán muchas carencias de
amor y paz.
Autora: Edith Elvira Colqui
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