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© SOY UN PEZ SOÑADOR
SOY UN PEZ SOÑADOR
Busco peces con plumas doradas comprometidas, peces con zapatos de tierra... Este poema lo podéis seguir leyendo en las plataformas que siem...
viernes, 10 de mayo de 2019
Reconociemento del poeta Adriatik Jc Presidente de la unión de autores Albaneses y su grupo poético por otorgarme esta distinción
TRES MESES
TRES MESES
Tres meses no bastan
para calmar las angustia
de un niño enquistado en espirales de violencia,
(maltratado o explotado)
De un niño que vive agitado entre guerras,
o un niño violentado en la flor de su pureza.
Tres meses, tres años, tres siglos, no bastan
para borrar del cristal de sus almas
los cardenales de las lágrimas profundas
que dejaron los halcones insensibles
que mancillaron su ser de tiernos pajaritos.
¿No saben estos hombres sin alma
qué los niños son el futuro?
¿Que serán mañana mas tarde los adultos que formarán el planeta?
¡Ah, tapias sordas,
muros insensibles!
Ah, terribles alcancías que solo piensan en dinero.
Llegará un día el ángel blanco
defensor de estos pequeños angelitos
y pagarán muy caro
su flor de inconciencia
y sus látigos de inclemencia,
por perder de la infancia su tierna inocencia.
Y en esta tierra,
será la cárcel,
su lecho enclaustrado.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
palabras usadas:
tres meses, angustia, niños, futuro.
EMBOTELLADA
EMBOTELLADA
Embotellada en mi mundo de cristal,
no quiero salir,
¡Allá afuera la vida es cruel y me aterra!
El mar de la vida sigue su curso,
yo sentada dentro de mi botella
no siento que salga el sol,
o que llueva.
Feliz vivo en mi botella de cristal
como alma solitaria.
El tapón seguro de mi botella
no dejará entrar la mala hierba.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
¿Todavía crees que los chanchos vuelan? (Imagen 3 Mayo 2019)
¿Todavía crees que los chanchos vuelan?
¿Todavía crees que los chanchos
vuelan?
-Todavía señor
¿Crees que los hombres todos son
buenos?
-Aún creo y confío en ellos.
¿Crees en un mundo mejor y más humano?
-Creo, si todos ponen su empeño.
Creer aunque otros no creen,
amar aunque otros no amen,
admirarse de lo bello
aunque otros no les interese sus
destellos.
Es mi derecho,
es mi deleite creer en lo
hermoso y bello.
Volar con alas utópicas,
llorar cuando me de la gana,
reír estrepitosamente si me
siento contenta,
¿Por qué no?
Nacimos con alas,
con sueños, con deseos de vivir
plenamente la vida.
y nadie nos puede arrebatar
ese sublime privilegio.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos Reservados
NUBES NEGRAS
NUBES NEGRAS
Nubes negras amenazan los colores de mi alma,
nubes negras tocan la cerilla de mi vida,
se levantan en el cielo
cual corceles endiabaldos
llevando en sus lomos jinetes avezados.
Nubes negras
cubren mi vida si no estás,
nubes negras si no me miras,
nubes negras,
si no preguntas por mí nunca mas.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
DETRÁS DEL ÁRBOL DEL TIEMPO (Imagen 10 mayo 2019)
Detrás
del árbol del tiempo
Detrás
del árbol del tiempo
se
esconden los relojes implacables
picoteando
las narices de los que no supieron aprovecharlo.
Detrás
de cada año que pasa
hay
muchas generaciones que esperan vivir su propia historia.
La
vida corre, vuela,
no
hay tiempo para segundas oportunidades,
las
aguja traicioneras nos siguen las pisadas.
Ayer
éramos niños inocentes, sin problemas, ni responsabilidades,
hoy;
adultos
con la cara fija en una vida que no pedimos,
pero
que debemos asumirla.
Autora:
Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
MADRE ¿POR QUÉ QUE TE FUSITE AL CIELO?
MADRE ¿POR QUÉ QUE TE FUSITE AL CIELO?
Oh madre, ¿Por qué que te fuiste al cielo?
¡Volver a mirarte y mimarte
cuánto anhelo!
¡Oh madre cuando te pienso,
mi corazón se tiñe de duelo!
Fuiste mi musa, mi
modelo,
extraño tus caricias de
terciopelo.
Mil palomas lanzo hacia el
cielo,
que calmen mis ansias y
desconsuelo,
¡Te extraño mi sol, mi
lucero!
Madre, baja de tus alturas,
borra de mi vida la tristeza
rugiente
¡Yo quiero ver tu tez santa
urgente!
Siento tu presencia de flor
en mi casa a cada momento.
Hablan de ti:
esa planta de jazmín que
sembraste con amor,
el orden de los muebles,
las fotos familiares,
el olor a pan recién
horneado,
las mantillas que tejiste
laboriosamente,
tus hijos que criaste
primorosamente.
Caminaré en buena senda,
seguiré tus consejos,
¡Oh madre mi abnegada
consejera!
Madre bendita,
sé que algún día te volveré a
ver
y te abrazaré y besaré muy
fuerte,
¡El amor es más grande que la
muerte!
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos Reservados
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