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© SOY UN PEZ SOÑADOR
SOY UN PEZ SOÑADOR
Busco peces con plumas doradas comprometidas, peces con zapatos de tierra... Este poema lo podéis seguir leyendo en las plataformas que siem...
miércoles, 4 de noviembre de 2020
martes, 3 de noviembre de 2020
ESTOY DEPRIMIDA
ESTOY DEPRIMIDA
Estoy hundiéndome en un mar de penas,
y nadie me ve, nadie me oye, ni escucha,
y aquí estoy,
*pidiendo ayuda sin palabras.
En mi faz,
en mi cuerpo delgado y macilento,
se ve que no estoy pasándolo bien.
He perdido el apetito,
no tengo ganas de nada.
Solo quiero alejarme del mundo,
encerrarme en este cuarto sin luz,
y dormir o llorar largamente.
No quiero vivir,
el hombre que amaba acaba de morir,
y no puedo soportar el impacto de su ausencia,
lo extraño cada día más,
me niego a aceptar que ya no está,
que nunca más oiré su voz,
sus palabras llenas de ternura;
sus ojos reluciendo de amor por mí.
¡Oh Dios mío, cómo me duele su partida!
Ayúdame a sobrellevar este dolor,
porque día a día se apaga mi flor.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
domingo, 1 de noviembre de 2020
TODOS LOS SUEÑOS MURIERON
TODOS LOS SUEÑOS MURIERON
Todos los sueños murieron,
el día que tus mariposas de amor fugaron.
No fuiste el amor bienaventurado que esperaba,
teñiste tus alas de traición y pecado
y sola y herida me has dejado.
Murió tu promesa de amor eterno,
¡Allá la veo colgada de un árbol!
Tus palabras de caramelo,
se hicieron helado hielo.
No queda chispas de amor entre nosotros,
tú las mataste
con tu infidelidad y tu traición penosa.
Las cometas de ilusiones que volaban por nuestros aires
son ahora rocas mudas que no hablan.
Esas dulzuras que para ti tejía ya no existen,
los ramajes de ternura
se enterraron en la tumba.
Mi mano que tu piel acariciaba,
tú la cercenaste,
mis ojos que solo a ti miraban,
los quemaste,
mis canciones que solo para ti bailaban
las paralizaste.
¡Culpable eres tú, culpable!
De hacer mi vida miserable
y regalarme un vino desagradable.
Seré para ti ahora, estrella inalcanzable,
ya no surcaré tus cielos, enamorada;
¡Esa es tu paga, hombre detestable!
Solo te queda una rendija:
pedir perdón y declararte culpable.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
No quiero que la vida pase pronto
Autora: Edith Elvira
Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados