¡OH CRISTO, AMIGO!
¡Oh cristo, amigo!
¡Oh cristo, amigo!
Hoy vengo rota, vencida,
cansada,
de la arena fracturada de
la vida.
Vivo en tus espinas,
clavada,
camino en tus llagas
prendida.
Partida y lánguida camina mi vida:
los amigos me traicionan,
son judas escondidos que
mi mal maquinan.
Bofetadas y latigazos
recibo de mis familiares,
habiendo yo solo sembrado
para ellos
flores de amor y bien.
¡Oh cristo baja de tu
madero!
Para que me enseñes
cómo vencer la espada, la
corona y los clavos,
¡Porque, yo no puedo padre
santo!
Mi piel está vencida
en la arena de la vida.
La cruz me pesa cada día,
me cubren las tinieblas
del Gólgota
y los latigazos del
infortunios me rodean.
¡Oh señor!
manda tu luz de los altos
cielos,
un ángel blanco que me
conforte,
convierte mi Gólgota
sufriente
en paz serena, mansa.
Báñame con las escarchas
de tu resurrección.
Que pueda decir a todo
esto:
¡Hágase en mí tu voluntad!
Entonces,
brillará mi aurora clara;
seré entre los hombres,
luz esplendente en la
montaña.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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