¡Me dejaste!
Me dejaste como
árbol plantado,
¡Sin tu luz, sin tu sol!
Como maniquí inerte,
sola, llorando mi dolor.
Ay, desde que me dejaste,
como río sin agua,
se va secando mi corazón.
Todo le huele a vacío y desilusión...
Te fuiste y contigo se fueron mis trinares alegres,
mi música en conciertos de amor, las fantasías y la ilusión.
¡Sin tu luz, sin tu sol!
Como maniquí inerte,
sola, llorando mi dolor.
Ay, desde que me dejaste,
como río sin agua,
se va secando mi corazón.
Todo le huele a vacío y desilusión...
Te fuiste y contigo se fueron mis trinares alegres,
mi música en conciertos de amor, las fantasías y la ilusión.
Sólo me queda llorar tu partida.
Pues dejaste mi alma cruelmente herida, vacía.
Me dejaste y yo me pregunto:
¿Por qué el amor cambia a veces de color?
Si ayer fue rojo pasión, ahora por qué,
sólo en negro dolor se convirtió.
Me dejaste vida mía y ahora estoy aquí.
Acariciando la
cara de la tristeza y
jugando con mi soledad.
Siento que la vida se me va,
como el humo de teteras en ebullición...
Necesito verte para existir.
Sin ti los días son monótonos, sin alegría ni color.
Me dejaste como piedra abandonada,
como polvo, como humo, ¡Como nada!
Desde que te fuiste nunca volví a ser la misma de antes.
Llevo grabadas las marcas de tu amor en mi piel.
Pues un amor profundo,
siempre en el alma y el corazón se quedan.
Son como pajaritos que constantemente te vuelan.
Todas las calles y las avenidas que recorrimos,
sólo llaman tus recuerdos ¡Me taladran la mente!
¿Por qué vida mía te tuviste que marchar?
Sin avisos, ni despedidas
Dejándome roto el corazón.
Dime ahora ¿En qué puertos, echaré mi corazón anclar?
Si me dejaste,
para nunca más regresar...
¡Mira!
mi corazón se va contigo.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas - Perú - derechos reservados
jugando con mi soledad.
Siento que la vida se me va,
como el humo de teteras en ebullición...
Necesito verte para existir.
Sin ti los días son monótonos, sin alegría ni color.
Me dejaste como piedra abandonada,
como polvo, como humo, ¡Como nada!
Desde que te fuiste nunca volví a ser la misma de antes.
Llevo grabadas las marcas de tu amor en mi piel.
Pues un amor profundo,
siempre en el alma y el corazón se quedan.
Son como pajaritos que constantemente te vuelan.
Todas las calles y las avenidas que recorrimos,
sólo llaman tus recuerdos ¡Me taladran la mente!
¿Por qué vida mía te tuviste que marchar?
Sin avisos, ni despedidas
Dejándome roto el corazón.
Dime ahora ¿En qué puertos, echaré mi corazón anclar?
Si me dejaste,
para nunca más regresar...
¡Mira!
mi corazón se va contigo.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas - Perú - derechos reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario