¡Oh, amado!
¿Por qué me has clavado
en los maderos de tu amor?
¿Por qué mi mente y corazón has atado,
a los clavos de tu querer?
¿Por qué me has clavado
en los maderos de tu amor?
¿Por qué mi mente y corazón has atado,
a los clavos de tu querer?
Por ti, lágrimas de sal, he derramado.
¡El vino del amor, ha rebalsado!
¡Oh, amado!
Siento el corazón,
desconsolado.
¡Hoy ni con el pensamiento me has llamado!
¡Oh, amado!
Si supieras cuántos perfumes de amor,
por ti voy derramando.
Volverías a mis brazos,
y estaríamos en jardines de amor, disfrutando.
¡Oh, amado!
Te he visto entre mis sueños dibujado.
De tus alas de amor me he prendado.
De rojo pasión me he vestido.
En caricias excelsas me he bordado.
¡Oh, amado!
No me niegues tu presencia.
Mira que por ti,
La danza del amor he bailado y
muchos corazones han volado.
¡Oh, amado!
Regálame el beso que tanto he esperado.
Estaciona tus ojos en mis ojos.
Mira en ellos mi alma.
Dame tu querer,
y vendrá por fin, mi calma.
*Edith Elvira Colqui Rojas - Perú - Derechos reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario