Doy gracias a Dios por tener amigos muy buenos, leales y sinceros como este amigo poeta y músico Roger Rivero que le ha puesto música a mi poema canción: No vuelvas a mí y me ha escrito este poema: (basándose en pasajes de mi vida)
Oda a Edith
Desde la infancia, como raíz profunda,
Edith creció en el arte del dar sin medida,
tejía el día a día en silenciosa avenida.
Sus manos, jóvenes, en el hogar danzaban,
preparando el sustento, la vida adornando,
mientras en la escuela sus sueños brillaban,
en su corazón, silente amor se iba anidando.
Con el pan escaso y la mesa servida,
observaba a sus hermanos con alma rendida.
Ella, en su mundo de abnegación y cuidado,
encontraba en el amor su refugio sagrado.
En la flor de su juventud, sin vanidades,
veía los anhelos de sus hermanos con claridades.
Sus padres, en su lucha, en sus batallas,
le enseñaron a ser fuerte entre las murallas.
Cada desafío, cada prueba de la vida,
moldeó su ser, su esencia nunca vencida.
En la enfermedad, en el dolor sin tregua,
su espíritu florecía, en la adversidad se regenera.
En su arte, en su canto, en su crear,
Edith sigue su camino, sin dejar de amar.
A pesar del dolor, de la pena escondida,
su voz no se quiebra, su luz no es vencida.
Cada sacrificio, cada acto de amor,
es una lección de vida, un interno valor.
Cada lágrima, cada noche sin descanso,
es una estrella en su cielo, un sueño inmenso.
Y aunque hay almas que en silencio luchan,
que sin nada ofrecen amor que nunca escucha,
Edith brilla entre ellas, con fuerza y pasión,
en un mundo cansado, es esperanza y canción.
En su sacrificio, en su amor sin fin,
Edith nos enseña lo que significa vivir.
En cada acto de entrega, en cada gesto de bondad,
nos muestra la verdadera humanidad.
Roger Rivero
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