Ya bebí todo el vaso de la amargura
hasta el hartazgo
¿Qué más me queda para sufrir?
Ya los cuervos del desconcierto
hicieron llagas en mi alma
y el lecho de la soledad me llama
con sus voces de arena partida.
No le basta a la vida
haberme quitado
mis trenzas de seguridad,
mi peldaño,
¿Mi último peldaño
para no caer al abismo?
Mis alas rotas
rezuman melancolía
por todos lados.
Ahora el llanto llueve
en ríos, por mis ventanas muertas.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados ( imagen de Pinterest)