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Busco peces con plumas doradas comprometidas, peces con zapatos de tierra... Este poema lo podéis seguir leyendo en las plataformas que siem...

viernes, 4 de mayo de 2018

La brujita Marita y su gato (prosa infantil


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Era una niña brujita, que le gustaba pasear por el mundo,
tenía un gato negro, que era su amigo y su engreído y todas las tardes volaba en su escoba.
El gato le seguía en su vuelo agarrándose de los pelos de la escoba. Era muy divertido volar. Marita, era feliz volando por el cielo sonreía muy contenta y  su gato Minino le seguía siempre cogido de las cerdas de la escoba, y aunque tenía miedo, él no se quejaba, disfrutaba junto a su amita.

Cruzaban países, diversas ciudades, aterrizaban para comprar golosinas y recogían frutas del bosque y cuando llegaban, Marita guardaba la escoba detrás de la puerta y daba de comer a su gato.
No tenían que comprar mucho, pues como ella era una brujita mágica, hacía aparecer de todo, en su casita de madera en el bosque, tan llena de amor.
Eran muy felices Minino y Marita, surcando todas las tarde los cielos contentos.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas –Perú-derechos reservados



Tu amor fue un espejismo

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Fuiste sólo un espejismo en mi vida,
un sueño de felicidad,
una ilusión, una quimera,
¡Nada era realidad!
Mas agradezco a la vida,
que a tiempo pude ver con claridad:

¡Tú no me amabas, tu amor era globo de gas!

El verdadero amor es entrega,
es dar respeto, amor, consideración,
sin esas bases es difícil,
creer al que te dice amar. 


Amor que ame constante,
es el amor que busco yo;
amor que sea de oro puro,

que brille en su pureza y en su calidad moral.

Hay amores buenos y otros que parecen de verdad,
son espejismos, sólo sombras, 

que luego te harán llorar.

Un amor que no vea el cuerpo, 

como prioridad para amar,
que vea más allá, que vea el alma;
pues el verdadero amor ama y perdona,
siempre está dispuesto a dar;

no es simple espejismo, 

¡Es amor puro de verdad!


*Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados.

LLUEVEN ROSAS EN EL CIELO

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Llueven rosas del cielo

Llueven rosas para mí y para ti, son rosas con azúcar y caramelo, son rosas que te besan el cabello, que perfuman todo tu cuerpo, que te hacen soñar y sonreír.

Rosas, rosas,

¡Qué lluevan más rosas

 y que cubran todo el cielo!

 Que empapen con sus perfumes nuestros terrenos.

Necesitamos muchas rosas rojas de manos amorosas, que regalen amor y paz al mundo entero. Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados


(Estas rosas que llueven son los buenos deseos para el mundo entero, y también son las oraciones que regresan en forma de rosas, para dar bien a tantas almas en la tierra,también por extensión simbolizan también a todas las personas que trabajan para el bien y la paz)

Almas en pena (poema gótico)


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Almas en pena

Se oyen los gritos aterradores,

de almas en pena,

incrustan sus llantos en

abismos con fuego y azufre.


Son almas en  quejidos dolorosos,

de rostros despintados,

de mirada perdida,

que alguna vez

vivieron en este mundo

pero que tuvieron que vagar errantes

porque un acontecimiento, aciago, violento

les arrancó la vida.

Viajan entre sepulcros y parajes solitarios.

Son madres que lloran a sus hijos muertos,

o hijos no nacidos que buscan a sus madres,

sus gritos son sórdidos, lastimeros, conmueven.



Se ve la silueta pavorosa, en el camino solitario,

que cruza como un rayo

que se esconde detrás de un árbol

las buscas y no está.

Otras sombras vagan todas las noches por los cementerios,

con ropajes distintos,

según la época en que vivieron.

Hacen diversas cosas pero todas constantes, iguales cada noche.



Hay una que me llama la atención,

y que vive acá cerca en un castillo que un Virrey construyó para una bella dama,

pero como era de clase baja, el amor era secreto.

Y un día ella lo engañó, pues poco lo veía.

Él cegado por los celos la mató.

Ahora ella vaga errante aquí, en el Castillo de Chancay,

con vestidos de época virreinal,

pero llora mucho y se lamenta,

seguramente por haber perdido su juventud tan pronto.

Ella era hermosa y muy apreciada,

y ahora es sólo sombra de la nada,

triste alma en pena, desgastada.

Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados

Veo que un ciego puede ver


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Mientras ame y viva intensamente,
un ciego puede ver.
Mientras
y sienta y disfrute la bella naturaleza,
un ciego puede ver.

Mientras se conmueva por los demás,
mientras tenga valores,
y tenga algo que dar,
Un ciego puede ver la luz,
mejor que tú y que yo.

Hay otros que observan pero no ven al otro que sufre,
no ven que es importante respetar al que piensa distinto,
no ven que es cuerpo y que es alma,
no ven la pobreza y el hambre en los demás.
Un ciego puede ver el amor,
sí...puede ver y sentir mejor, el amor y el desamor.

Puede ver, lo que otros no ven.
ver que el mundo es hermoso,
ver que la gente no se ama por igual,
ver que está de paso el hombre.
De nada se puede gloriar.

Un ciego camina con paso seguro
y mira y aprecia todo el mundo;
puede ver que  mañana
el hombre vuela a la eternidad.

(Pasando por las calles de Lima vi un ciego, como camina, como conversa,
que siente, como vive y disfruta la vida. He visto muchos ciegos felices...)


Amor imposible (micro relato)




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Ella lo amaba a pesar de ser tan distinta a él. Pero los separaban las diferencias de clase y la edad. Ella tenía 25 y él 55. Para él era su segunda juventud y para ella era la seguridad que buscaba, pues lo admiraba tanto. Pasaron momentos inolvidables juntos, eran el uno para el otro, a pesar de ser tan distintos, había química y amor, mucho amor. Pero él era separado y tenía una hija muy celosa, que no le pasaba las llamadas, que la detestaba. Ella se incomodaba y él la calmaba. Su ex mujer venía a menudo a visitar a su hija y a sus nietos que vivían con ellos. Ella no aguantaba ver a la ex mujer metida en su casa y menos que durmiera en esa misma casa y a pesar del gran amor que sentía se fue muy lejos.
 El señor encontró la carta de despedida y enfermó de la pena, ella era toda su vida y se iba.
 Al enterarse, ella regresa, pero su amado ya  estaba en la cama, yerto. Su corazón, no resistió la pena y murió de un infarto.
 Ella es ahora una anciana que nunca volvió a amar.

Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados-copyright ©

Dices quererme


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Dices quererme,
pero tu voz me suena a nada,
y me clavas, espinas afiladas.

Dices amarme,
pero en tus ojos no siento la llama prendida,
ni en tus caricias, siento la vela encendida.

Aún recuerdo esos días, 
en que la hoguera del amor,
brillaba constante,
en que me tú me decías que me querías,
y el alma marchaba al ritmo de tu boca.
¡Cómo sentía, tus besos tan dulces!
¡Cómo moría por una caricia tuya!

Y hoy solo siento los clavos del amor yerto.
Con olor a vacío,
con sabor a nada.

Nuestro amor murió
varado en la arena;
se convirtió

en polvo,
en humo,
en cal.

Ya no siente,
ya no habla,
ya no respira:


...expiró.

Autora: Edith Evira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados-safe creative
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