Dices quererme,
pero tu voz me suena a nada,
y me clavas, espinas afiladas.
Dices amarme,
pero en tus ojos no siento la llama prendida,
ni en tus caricias, siento la vela encendida.
Aún recuerdo esos días,
en que la hoguera del amor,
brillaba constante,
en que me tú me decías que me querías,
y el alma marchaba al ritmo de tu boca.
¡Cómo sentía, tus besos tan dulces!
¡Cómo moría por una caricia tuya!
Y hoy solo siento los clavos del amor yerto.
Con olor a vacío,
con sabor a nada.
Nuestro amor murió
varado en la arena;
se convirtió
en polvo,
en humo,
en cal.
pero tu voz me suena a nada,
y me clavas, espinas afiladas.
Dices amarme,
pero en tus ojos no siento la llama prendida,
ni en tus caricias, siento la vela encendida.
Aún recuerdo esos días,
en que la hoguera del amor,
brillaba constante,
en que me tú me decías que me querías,
y el alma marchaba al ritmo de tu boca.
¡Cómo sentía, tus besos tan dulces!
¡Cómo moría por una caricia tuya!
Y hoy solo siento los clavos del amor yerto.
Con olor a vacío,
con sabor a nada.
Nuestro amor murió
varado en la arena;
se convirtió
en polvo,
en humo,
en cal.
Ya no siente,
ya no habla,
ya no respira:
...expiró.
Autora: Edith Evira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados-safe creative
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