Cansados de los gritos de
guerras,
en caravanas y barcas
cruzan el mar de la esperanza,
palomas y los pajaritos desamparados;
esperando el cielo, ese ansiado cielo en la tierra
que en su patria, les es negado....
Llevan en el rostro las marcas del miedo,
los horrores de la violencia injusta,
las palizas profundas del dolor y la pena.
¿Cómo no amarte hermano, humano hermano?
¡Cómo no sentir tus lágrimas
humano hermano, desterrado!
Hay oídos paredes que no te escuchan,
o escuchándote se hacen los sordos.
El egoísmo es ave gigante que merodea por el mundo.
La inhumanidad campea por las calles.
Buscando un sueño de paraísos,
te espera, el desconcierto,
la vida dura,
la discriminación con su cara oculta y
a veces con cara descubierta.
Empezar de nuevo,
lejos de tus seres queridos,
y en una patria que no es tu casa;
que a veces te lanza sus garfios fieros
y tu aguantas, ¡y aguantas!
Porque no tienes alternativa,
porque es lo único que tienes...
Inmigrante,
pájaro en vuelos obligados,
descansa tus pies cansados
en la orilla de mis lagos,
toma el aliento necesario de la esperanza,
y camina confiado,
con la frente en alto,
con la luz de tus lámparas bien prendidas;
al final del túnel
una mano siempre te levanta.
Dios siempre escucha los gritos del que sufre,
la espada de la justicia
brilla pronto;
resiste, solo un poco más,
ya viene la paloma blanca que te libera...
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados- safe creative
en caravanas y barcas
cruzan el mar de la esperanza,
palomas y los pajaritos desamparados;
esperando el cielo, ese ansiado cielo en la tierra
que en su patria, les es negado....
Llevan en el rostro las marcas del miedo,
los horrores de la violencia injusta,
las palizas profundas del dolor y la pena.
¿Cómo no amarte hermano, humano hermano?
¡Cómo no sentir tus lágrimas
humano hermano, desterrado!
Hay oídos paredes que no te escuchan,
o escuchándote se hacen los sordos.
El egoísmo es ave gigante que merodea por el mundo.
La inhumanidad campea por las calles.
Buscando un sueño de paraísos,
te espera, el desconcierto,
la vida dura,
la discriminación con su cara oculta y
a veces con cara descubierta.
Empezar de nuevo,
lejos de tus seres queridos,
y en una patria que no es tu casa;
que a veces te lanza sus garfios fieros
y tu aguantas, ¡y aguantas!
Porque no tienes alternativa,
porque es lo único que tienes...
Inmigrante,
pájaro en vuelos obligados,
descansa tus pies cansados
en la orilla de mis lagos,
toma el aliento necesario de la esperanza,
y camina confiado,
con la frente en alto,
con la luz de tus lámparas bien prendidas;
al final del túnel
una mano siempre te levanta.
Dios siempre escucha los gritos del que sufre,
la espada de la justicia
brilla pronto;
resiste, solo un poco más,
ya viene la paloma blanca que te libera...
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados- safe creative
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