Y DEJARÁ EL HOMBRE A SU PADRE Y SU MADRE (poema por mis bodas de plata)

DEJARÁ EL HOMBRE A SU PADRE Y ASU MADRE

 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne (génesis 2.24)

POR TANTO DEJARÁ EL HOMBRE A SU PADRE Y ASU MADRE

Nos casamos muy jóvenes

dejamos por amor padre y madre,

y nos subimos al mismo nido bordado.

Soplaron aluviones y huracanes

queriendo destruir nuestros castillos de amor

pero luchamos con brega

y mantuvimos el cariño encendido bien labrado.

Y SE UNIRÁ A SU MUJER

Somos casados tres veces,

dos religioso y uno civil,

nos fundimos en el mismo sueño,

nos compenetramos en la misma lucha,

fuimos uno en los días tristes y soleados

y de la mano de Dios: nos convertimos en un roble macizo de amor.

Y SERÁN UNA SOLA CARNE

Una sola carne somos:

Tus lágrimas, mis lágrimas,

mis alegrías, tus alegrías,

mis sueños, tus sueños,

mi piel, tu piel,

mis huesos tus huesos;

mi sangre, tu sangre.

Amigos, hermanos, amantes, esposos;

un mismo sol brillando potente en el hogar.

Veinticinco años caminando de la mano,

unidos en el mismo cielo de color.

Hoy quiero decirte mi sol dorado:

que hoy como ayer,

¡Te amo igual , mi amor!

Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados

BODAS DE PLATA

BODAS DE PLATA

A final de año

celebro mis bodas de plata matrimonial.

¡Son tantos años

al lado del ser que amo!

Son tantas vivencias

que guardo en mi regazo.

Celebraremos a lo grande con la familia y los amigos especiales.

Son años de amor, de lucha, sacrificio y entrega

son años en que vivimos  alegrías y penas,

son años que nos hicieron uno, como una sola cadena.

Cumplir bodas de plata es haber recorrido un amplio camino,

es creer en la unión matrimonial, en el precepto del divino señor:

"Y dejará el hombre y la mujer su casa

y los dos serán una sola carne"

El mundo moderno no cree en el matrimonio religioso

porque tienen miedo al compromiso, a fallar;

pero déjenme decirles 

que si hay amor toda barrera se vence.

Mi marido y yo somos como el agua y el aceite,

el ama el huaino, yo la salsa;
yo la poesía, él las matemáticas.

Él es callado introvertido, yo extrovertida, alegre.

Pero el amor une diversos caracteres y costumbres,

y sobre todo Dios nos hace donarnos el uno por el otro:

atendernos cuando estamos enfermos,

comprendernos cuando estamos contrariados

perdonarnos si hemos errado.

Nos casamos por la iglesia muy jóvenes,

yo las dos carreras había terminado,

él por amor estudió luego de casarnos.

Ahora ya se tituló.

fue el amor lo que lo motivó.

Dos hijos trajimos al mundo

de amor, cuidados y consejos ambos los rodeamos;

y son unos bellos claveles bien encaminados.

Uno es genio becado a Harvard, el otro gran niño, hijo noble, buen estudiante;

un pequeño con mentalidad de grande.

Bendigo al Dios del cielo

que nos une y da sabiduría para educarlos,

por librarlos de los muchos peligros del mundo contemporáneo.

A fin de año nos casamos por cuarta vez,

Dios mediante, por cumplir nuestras bodas de plata.

Tres veces somos casados:

Dos veces religioso y uno civil

y a final de año renovaremos votos

en la iglesia católica, nuestra madre.

Qué el Dios del cielo  derrame sus bendiciones

en nuestro hogar,

para seguir juntos y hacer realidad ese poema que le dediqué:

"Juntos por siempre,

amor que no muere con la muerte,

 piel con piel, huesos con huesos, alma con alma"

Él me dice todas las mañanas que me ama como la primera vez,
y yo le respondo: yo también esposo de mi corazón.

Dios bendiga mi santo matrimonio;

que nos una cada día más.

¡Salud, amigos!

¡Salud familia!

Son veinticinco años de amor, trabajo y lucha,

que sean muchos más.

Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados

Me arrancan del pecho mi sol

ME ARRACAN DEL PECHO MI SOL

Me arrancan del pecho mi sol, mi último invierno,

los pájaros negros estrujan mi alma;

caen mis torres... se despedaza mi calma.

De piedra inerte me vestí,

del dolor alejarme, creí,

pero en su cresta alta entendí,

que a todos nos alcanza la ola del sufrir.

En estos fríos espejos,

me arrancan mis luces encendidas,

el último pétalo de tul que me sostenía,

y me condenan al llanto impávido bermejo.

Que el tren del desconcierto pare sus ruedas,

que el martillo de la pena ya no cincele mi alma,

que los dragones de la duda no perforen mis soledades

que el cielo me regale sus ángeles de esperanza.

Soy mujer frágil,

no una piedra inerte.

Soy de huesos y piel,

no un madero frío inconsciente.

Cogeré el cayado del coraje,

me elevaré por encima del oleaje

y en la brida de la esperanza hare mi anclaje;

venceré del dolor su agreste fuselaje.

Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados

Iimagen de la red

Segundo lugar en The League the Poets Tema CONVIVENCIA PACÍFICA

UN MUNDO NUEVO

UN MUNDO NUEVO

Necesitamos un mundo nuevo,

con flores de alegría,

y sin sones de tristeza en sus balcones.

Con paz y armonía

sin bombas, ni guerra en sus melodías.

sin sobresaltos, ni amarguras;

con pan y amor para los niños;

gérmenes de nueva humanidad.

Un mundo,

en balanzas de justicia nueva,

un mundo solidario y fraterno.

Un mundo que ame al hermano

solo por ser "humano".

Un mundo que no discrimine

que en paso de igualdad camine.

Un mundo que no dañe, que no mienta

en las pupilas de su boca.

Construyamos ese mundo con todas nuestras armas,

con la pluma, con las artes, con la tecnología, con las redes.

Necesitamos urgente

un nuevo mundo

con nueva mentalidad;

con  manos de bondad y caridad.

Un mundo donde los hombres amen a su casa tierra,

y no la contaminen, ni destruyan, con sus fauces voraces.

Un mundo más humano y solidario,

¿Es mucho pedir?

Si no nos damos la mano,

los humanos,

si no manejamos el carro del planeta en el mismo sentido,

todos moriremos aplastados en las pesadas ruedas de la destrucción y el egoísmo.

Todavía podemos revertir el daño

todavía por nuestro planeta podemos hacer algo.

Levantemos nuestras voces,

seamos agentes de cambio, perdonando, conviviendo, compartiendo.

Nuestro siglo puede ser una nueva era de  florecimiento y cambios,

o el fin de un planeta que muere por falta de conciencia, de amor por la vida,

de solidaridad con el otro, de ausencia de amor a la naturaleza.

Que no sea  un siglo que en sus agujas marque

la muerte lenta de la raza humana

sobre la faz de la tierra.

¡Tú decides!

Si quieres un mundo nuevo

o un planeta vacío y muerto.

Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados

Glosa la última estrofa del poema "El mago "de Amado Nervo

Glosa la última estrofa  del poema "El mago "de Amado Nervo

Yo marcho, vuelo, canto, nado, río,

suspiro, y me acompaña el universo

como una vibración: Yo soy el verso,

¡y te busco y me adoras y eres mío!
Amado Nervo

Cantar alados  versos es lo mío,

entre mis sueños luces que perduran,

y mil rosas de amor que todo curan:

Yo marcho, vuelo, canto, nado, río,

Es cantera de paz mi blanco verso,

y quisiera acabar con la tristeza

de este mundo que pierde su belleza;

suspiro, y me acompaña el universo.

Mi lira tiene canto y sol diverso,

mi pluma acompasada, nada, vuela,

sus dotes magistrales te revela:

como una vibración: Yo soy el verso.

Del azul de mi pluma me glorío,

en sus chispas de luz yo reflexiono;

al amarte lector yo me emociono,

¡y te busco y me adoras y eres mío!

Autora: Amado Nervo y Edith Elvira Colqui Rojas

¡OH CRISTO, AMIGO!

¡OH CRISTO, AMIGO!

¡Oh cristo, amigo!

Hoy vengo rota, vencida, cansada,

de la arena fracturada de la vida.

Vivo en tus espinas, clavada,

camino en tus llagas prendida.

Partida y lánguida camina mi vida:

los amigos me traicionan,

son judas escondidos que mi mal maquinan.

Bofetadas y latigazos recibo de mis familiares,

habiendo yo solo sembrado para ellos

flores de amor y bien.

¡Oh cristo baja de tu madero!

Para que me enseñes 

cómo vencer la espada, la corona y los clavos,

¡Porque, yo no puedo padre santo!

 Mi piel está vencida en la arena de la vida.

La cruz me pesa cada día,

me cubren las tinieblas del Gólgota

y los latigazos del infortunios me rodean.

¡Oh señor!

manda tu luz de los altos cielos,

un ángel blanco que me conforte,

convierte mi Gólgota sufriente

en paz serena, mansa.

Báñame con las escarchas

de tu resurrección.

Que pueda decir a todo esto:

¡Hágase en mí tu voluntad!

Entonces,

brillará mi aurora clara;

seré entre los hombres,

luz esplendente en la montaña.

Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados