MIL ROSAS PERFUMADAS (Soneto
Alejandrino)
Mil rosas perfumadas y mirra de
ternura,
te ofrezco albo cordero, ¡toda mi vida
entera!
A tus celestes cielos, animada,
subiera,
¡Para ya contemplar, tu radiante
figura!
¡Manantial de verdad, armiño de
dulzura!
Por la bondad de tu alma, mi pecado
rompiera,
de tus rosas de amor, entera la
cubriera;
¡Se volvería entonces en blanca nieve
pura!
A tus albos palacios, ¡yo pudiera
ingresar!
Y poder contemplar su belleza infinita;
el premio merecido, para los hijos
buenos.
En este duro mundo, ¡tú ayúdame a
luchar!
Para pronto alcanzar, ¡esa gloria
bendita!
Las penas olvidar, ¡y tener tiempos
plenos!
Autora: Edith Elvira Colqui
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