LA VIDA PASA PRONTO
La vida avanza en su carroza del tiempo inevitable,
llega los años de otoño y sus hojas a veces nos pesan,
y nos sentimos como piedras solitarias.
Azota la melancolía con sus fervientes voces
entonces reflexionamos:
Debemos ajustar ya nuestras cuentas con el prójimo y con Dios.
No sabemos el día que partiremos de este mundo,
lo más prudente es tener pies de plomo
y caminar con pisada blanca y corazón blanqueado.
Hay que ponernos en paz con todos, pedir perdón si a alguien hemos
ofendido.
La muerte es una dama tirana que llega de improviso,
seamos sensatos.
Hay que vestirnos con zapatos de sagacidad y no de necedad.
Reconozcamos que somos humanos, que nos equivocamos, que sin razón a
veces a las personas las juzgamos.
Seamos humildes, dejemos las obras infructuosas y hagamos las obras de
la luz, de la verdad y la justicia.
Compartamos lo que tenemos,
para que cuando el ángel exterminador se acerque a nuestras puertas nos
vayamos en paz y hasta con sonrisa dibujada en el rostro.
La paz del alma no tiene precio.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservado
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