Murió mi hermano Ciro
y en mi pecho solo siento un gran vacío.
Fue un valiente león frente al virus,
pero la falta de camas UCI
marcó su cruel destino.
¡Cuánto dolor y rabia
siento por este mundo ladino!
Qué se lleva lo mejor de nosotros
en sus agrios bolsillos.
¡Adiós hermano querido!
Tu recuerdo será un sol en nuestra casa,
cuídanos del cielo;
nosotros veremos a tus pequeñas hijas.
Densas lágrimas corren por mi cara,
alegres recuerdos infantiles me unen a tu mortaja.
Pero sé que vas a un lugar mejor
lleno de cielo
porque fuiste un hombre bueno:
Ayudaste a tu prójimo,
dabas mucho amor a tus hijas y hermanos,
¡Es seguro que Dios te tiene a su lado!
Contenta me siento que recibiste los santos oleos
y descansaste tranquilo en tu lecho aciago.
Nunca te olvidaremos hermano amado,
algún día volaremos de esta tierra a tu lado.
Feliz me siento
que ya te encontrarás en el cielo
con papá y mamá
y cumplirás tu sueño dorado.
Te amo hermano,
en mar de lágrimas
mi corazón has dejado.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados