Charles Chaplin
Charles Chaplin ha bajado
a mi tierra hoy
y me ha dicho al oído
que la bondad no se ha acabado,
que el beso inocente es posible,
que para decir muchas cosas
no es preciso hablar.
Me ha enseñado
que con actitudes nobles
se puede enfrentar
a una sociedad indolente y sin luz.
Que la alegría
es una sinfonía
que no necesita dinero,
que la paz se puede sembrar
desde el altar de una broma sencilla.
¡Vuelve, Charles Chaplin!
El mundo necesita
de tus escenas con valores,
de tu fino humor
con sabor a palomas sinceras.
En tu pequeña chaqueta,
tu sombrero festivo
y tu bastón bailarín,
se esconde la esperanza
para un mundo serio,
de sonrisa secuestrada
por perseguir el brillo del oro.
Tu mensaje social,
tu amor al débil y al pobre,
arrancan emociones
y resuena fuerte
en la mente y corazón
del hombre moderno;
aplaca el dardo terrible
de las guerras.
Edith Elvira Colqui Rojas
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