BODAS DE PLATA
A final de año
celebro mis bodas de plata matrimonial.
¡Son tantos años
al lado del ser que amo!
Son tantas vivencias
que guardo en mi regazo.
Celebraremos a lo grande con
la familia y los amigos especiales.
Son años de amor, de lucha,
sacrificio y entrega
son años en que vivimos
alegrías y penas,
son años que nos hicieron
uno, como una sola cadena.
Cumplir bodas de plata es
haber recorrido un amplio camino,
es creer en la unión
matrimonial, en el precepto del divino señor:
"Y dejará el hombre y la
mujer su casa
y los dos serán una sola
carne"
El mundo moderno no cree en el
matrimonio religioso
porque tienen miedo al compromiso,
a fallar;
pero déjenme decirles
que si hay amor toda barrera
se vence.
Mi marido y yo somos como el
agua y el aceite,
el ama el huaino, yo la
salsa;
yo la poesía, él las matemáticas.
yo la poesía, él las matemáticas.
Él es callado introvertido,
yo extrovertida, alegre.
Pero el amor une diversos
caracteres y costumbres,
y sobre todo Dios nos hace
donarnos el uno por el otro:
atendernos cuando estamos
enfermos,
comprendernos cuando estamos
contrariados
perdonarnos
si hemos errado.
Nos casamos por la iglesia
muy jóvenes,
yo las dos carreras había
terminado,
él por amor estudió luego de casarnos.
Ahora ya se tituló.
fue el amor lo que lo motivó.
Dos hijos trajimos al mundo
de amor, cuidados y consejos
ambos los rodeamos;
y son unos bellos claveles
bien encaminados.
Uno es genio becado a Harvard,
el otro gran niño, hijo noble, buen estudiante;
un pequeño con mentalidad de
grande.
Bendigo al Dios del cielo
que nos une y da sabiduría
para educarlos,
por librarlos de los muchos
peligros del mundo contemporáneo.
A fin de año nos casamos por
cuarta vez,
Dios mediante, por cumplir nuestras bodas de plata.
Tres veces somos casados:
Dos veces religioso y uno civil
y a final de año renovaremos
votos
en la iglesia católica, nuestra madre.
Qué el Dios del cielo derrame
sus bendiciones
en nuestro hogar,
para seguir juntos y hacer
realidad ese poema que le dediqué:
"Juntos por siempre,
amor que no muere con la
muerte,
piel con piel, huesos
con huesos, alma con alma"
Él me dice
todas las mañanas que me ama como la primera vez,
y yo le respondo: yo también esposo de mi corazón.
y yo le respondo: yo también esposo de mi corazón.
Dios bendiga mi santo matrimonio;
que nos una cada día más.
¡Salud, amigos!
¡Salud familia!
Son veinticinco años de amor, trabajo y lucha,
que sean muchos más.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos Reservados
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