Muy alegres los reyes magos
van cantando camino a Belén
en vestidos lujosos de seda
trayendo, oro, incienso y mirra.
Quieren ver al niño bello,
ternura infinita blanca,
brillante sol, centello,
en estrellas de paz franca.
*Qué privilegio grande,
adorar al Rey del Mundo
¡Cómo Él, ninguno!
Ninguno como Él.
La virgen está contenta
al ver su hijo adorado
una lágrima perla de sus ojos, suelta.
al ver celebrado a su pequeño.
San José exulta contento
y olvida el amargo camino
de la terrible huída a Egipto.
*Qué privilegio grande,
adorar al Rey del Mundo
¡Cómo Él, ninguno!
Ninguno como Él.
Los reyes magos vienen de lejos
a contemplar al salvador del mundo
con muchos regalos en sus cortejos.
ven al niño en humilde establo,
y sienten un bienestar profundo.
*Qué privilegio grande,
adorar al Rey del Mundo
¡Cómo Él, ninguno!
Ninguno como Él.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados