SANTA ROSA DE LIMA

SANTA ROSA DE LIMA

Primera santa americana,
hermosa doncella fragante flor enamorada,
entregas tu vida y amor a tu amado
cantas con tu guitarra, en tu jardín extasiada,
con los pajaritos,con las flores,con los mosquitos.
¿Dónde estará mi amado
quien es la dichosa que me lo entretiene?

Tu corazón loco de amor está,
quiere imitar a su esposo
haces el vis crucis en tu casa.
Te pusiste en la cabeza
cintillo de plata con picos,
¡Tu corona de espinas¡

Vives el amor a plenitud,
muchos leprosos y enfermos  atiendes en tu hogar,
Nunca estas ociosa
te gusta bordar,lo haces primorosamente,
ayudas en los quehaceres de la casa.

Hija obediente con tus padres,
hermana cariñosa con tu hermano.
Te gusta tu tacita de chocolate.

Construyes hermosa ermita
para entregarte toda en oración
a tu amado Jesús
allí tienes lucha con el diablo.

En el pozo de los deseos que aún existe en Lima,
echaste la llave,
que abría las cadenas de tu cintura ceñida,
te encarcelaste toda, toda por amor.

Cuentan que veías a Jesus en forma de niño,
él te hablaba cara a cara,
te decía palabras llenas de amor,
 te consolaba.
Y un día de domingo de ramos,te dijo,
-Rosa de mi corazón sé mi esposa.
Y tú aceptaste el desposorio místico.

Santa rosita
naciste en tu cuna
con carita de rosa,
eras tan bella que tu madre te acosa,quiere
casarte con un hombre noble y rico
pero tu no quieres
más esposo, que tu esposo albo.

Dejaste ejemplo de entrega y sacrificio,
para la juventud y la humanidad,
 de amar hasta la muerte.
Te sometías a crueles suplicios,por amor al mundo,
por limpiarnos del pecado.
tu almohada era una piedra
tu cama muy incómoda.

Tu alma, era casa de oración,
desde muy niña.
Decías que para llegar al cielo
el hombre tenía que pasar por mucho,
tenía que subir por la escalera de la cruz
del sufrimiento y los trabajos.


Rosa querida, el día que dejaste este mundo
toda Lima se volcó alas calles,
el cielo olía a rosas,
los ángeles cantaban en el cielo.
Al fin te encontraste con tu amado
que toda tu vida esperaste:
¡Jesus,Jesús este conmigo!...

Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados