Un gran amor no se olvida,
quedará siempre grabado,
en las paredes blancas de tu corazón.
Su recuerdo
te sonreirá contento,
jugará con tus cabellos,
te llevará en nubes de ilusión.
Ay, amor mío,
los años no han podido apagar,
los brillos dorados de tu ser en mi alma.
En la mañana y en la tarde,
en las noches y madrugadas,
sellado estás en mi corazón.
Tus brisas de amor besan los cristales de mi ventana,
tu aliento perdura en esta casa que fue tuya,
tuya como yo siempre fui de ti.
En esos parques y avenidas
tus sombras nunca se pudieron esfumar.
los años no han podido apagar,
los brillos dorados de tu ser en mi alma.
En la mañana y en la tarde,
en las noches y madrugadas,
sellado estás en mi corazón.
Tus brisas de amor besan los cristales de mi ventana,
tu aliento perdura en esta casa que fue tuya,
tuya como yo siempre fui de ti.
En esos parques y avenidas
tus sombras nunca se pudieron esfumar.
Un gran amor no se olvida,
aunque esté lejos,
siempre sus plumas junto a ti volarán;
sus chispas alegres,
siempre en tus ojos
se reflejarán,
pues supo ser, la fruta madura que te pudo saciar,
flor de esperanza,
y ternura sin igual.
Quedará siempre grabado
en los vestidos volátiles de tu mente y tu piel.
las arenas del tiempo
nunca, nunca,
lo podrán apagar.
aunque esté lejos,
siempre sus plumas junto a ti volarán;
sus chispas alegres,
siempre en tus ojos
se reflejarán,
pues supo ser, la fruta madura que te pudo saciar,
flor de esperanza,
y ternura sin igual.
Quedará siempre grabado
en los vestidos volátiles de tu mente y tu piel.
las arenas del tiempo
nunca, nunca,
lo podrán apagar.
*Autora: Edith Elvira Colqui Rojas - Perú-D.R.A.
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