Querido amor:
Desde que me dejaste, no he podido dejar de pensar en ti.
Me he preguntado, tantas veces, si tal vez, fue un error, el haberme alejado de ti. Pues, tu recuerdo me persigue y no me deja vivir,
feliz, cómo antes.
Por las noches te busco en la luna, en cada estrella que se asoma en el cielo y no te hallo, entonces, la melancolía con sus espinas punzantes me lacera el corazón; siento el hielo frío de la soledad y quiero que aprezcas en la puerta de mi casa, ¡sonriendo, cómo antes!,
pero sé, que mi delirio es imposible y me pongo a sollozar.
¡Oh, amor ingrato, que heridas tan grandes dejaste en mi alma, sabes que no puedo, que nunca pude vivir sin ti.
Vuelve a mí, mi tierno colibrí. Olvidemos el pasado y volvamos a empezar.
Yo perdonaré tus errores, tú prometeras amarme
solo a mí. Vuelve amo de mis sonrisas, vuelve mi sol dorado.
Ya la vida no es vida sin ti.
Atentamente: Tu amor que nunca te olvidó.
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