Los poetas muertos son fuente de enseñanza,
trazan el camino,
por donde nuestros pies pasan.
Son brillantes faros
en nuestros intentos fallidos.
Nuestra pluma se ilumina
con su lirismo,
con sus figuras literarias,
y sus diversos giros.
Algunos despliegan exuberante técnica
y otros con sumo sentimiento hacen
llorar y reír al lector.
Visitemos en las bibliotecas
a nuestros poetas muertos
sus letras están allí más vivas que
nunca;
hablan en cantarinas liras.
Suspiran por un lector ávido.
Suspiran por un lector ávido.
Afinemos nuestras plumas
en sus soberbias enseñanzas.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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