
Yo escribo este soneto tan sentido,
para los niños bellos de este mundo,
y en sabias enseñanzas yo redundo,
pues yo no quiero, un niño tan destruido.
Yo quiero muchos niños con su nido,
lleno de amor, no un árbol infecundo,
y que no graben su alma, tan profundo,
las huellas de este mundo dividido.
Yo quiero ver a niños, ya cantando,
ya riendo, muy felices descansados,
que en cara de la paz estén saltando.
Que no se apaguen sueños tan dorados
¡Qué vivan ya los niños exultando!
Que no se sientan nunca abandonados.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-DRA.