Luego de que María Antonieta había sufrido tanto por el amor de su hermoso
caballero de plata: Pedro Ruiz del Valle,
ambos contraen nupcias y ya no van a tener que verse a escondidas y señalados por la voces de las gentes.
Al fin gritarán a los cuatro vientos que se aman.
Su caballero amado ha tenido que librar fieras batallas defendiendo su reino y se la ha llevado muy lejos de su región. Allí en la lejanía en una iglesia pequeña le ha jurado amor eterno.
María Antonieta exulta de alegría al fin no estará conviviendo en brazos de un hombre (El rey Arturo Garcés) al que nunca amó, pues su matrimonio fue un matrimonio arreglado.
Caballero y dama al fin se han desposado, desafiando las leyes morales y venciendo las contrariedades del caso.
Juntos vivirán en una morada de amor sincero, la ternura será su compañera y sus hijos completarán la dicha soñada.
ambos contraen nupcias y ya no van a tener que verse a escondidas y señalados por la voces de las gentes.
Al fin gritarán a los cuatro vientos que se aman.
Su caballero amado ha tenido que librar fieras batallas defendiendo su reino y se la ha llevado muy lejos de su región. Allí en la lejanía en una iglesia pequeña le ha jurado amor eterno.
María Antonieta exulta de alegría al fin no estará conviviendo en brazos de un hombre (El rey Arturo Garcés) al que nunca amó, pues su matrimonio fue un matrimonio arreglado.
Caballero y dama al fin se han desposado, desafiando las leyes morales y venciendo las contrariedades del caso.
Juntos vivirán en una morada de amor sincero, la ternura será su compañera y sus hijos completarán la dicha soñada.
Autora:
Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados