lunes, 22 de abril de 2019
LA VELA DEL AMOR ESTÁ ENCENDIDA (Poema sensual)
LA VELA DEL AMOR ESTÁ ENCENDIDA (Poema sensual)
La vela del amor está
encendida,
sus perfumes nos tocan
ansiosos los cuerpos,
nuestras pieles se encienden
de pasión,
pasión que zigzaguea ardiente
en nuestro lecho de rosas
impenitente.
Cruje el éxtasis en sus voces
enamoradas,
nos entregamos a la boca
sedienta de Eros
¡Nuestro fuego quema en
extremo!
Danzamos al son del erotismo,
dibujamos bellas sinfonías
con nuestros cuerpos,
peregrinando en la zona de lo
prohibido,
violamos el templo de la
bendita inocencia;
haciendo brotar la pasión
como lava,
que se escurre por nuestros
húmedos poros...
Juegan nuestros verbos
entre sábanas alborotadas,
y entre sorbos y
degustaciones de las mieles
se derramaba el elixir
ansiado...
Descansamos, rendidos,
saciados en los montes de la
caricia y el beso,
¡Embriagados de los
deliciosos manjares!
Las mariposas blancas de la
satisfacción llegan serenas,
sobrevuelan nuestros abrazos,
que sellan armoniosamente
nuestro sublime momento.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos Reservados
(Musa visual)
¡QUÉ EFÍMERO VIVIR!
¡Qué efímero vivir!
Efímero vivir,
como el de los pájaros o mariposas
que un día se posan en el árbol y la rosa
y luego de un tiempo desparece su rastro sobre el orbe.
Qué efímero el vivir
en esta tierra de arena,
donde cada paso es de plomo,
cada obra es como humo ligero.
Así como viene la alegría
se pasa como nube liviana y luego nos visita el llanto.
Nuestros días son como hoja que rueda y rueda
por el viento del mundo;
con suerte o sin ella pasa su vida pronto.
Luego amarilla envejece y se va al polvo de la completa nada.
¡Pero qué efímero vivir!
Somos solo éter, sombra o nube que pasa.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
Cuando el sol llego a mi vida
Cuando el sol llego a mi vida,
yo era una frágil flor,
pequeña e imperceptible.
Cuando me miró,
mis pétalos se sobrecogieron
y tímida esbozaba algunas
palabras.
Cuando sus rayos me tocaron
sentí el calor del amor
fulgurante,
y mis hojas se abrieron a la
verdadera felicidad.
¡Tus rayos, oh mi sol, mi sol
dorado,
me hicieron fuerte y
valiente!
Me convirtieron en una rosa
hermosa y vigorosa;
las demás flores envidiaban
mi belleza.
Cuando el sol se fijó en mí
pude ver el mundo de
otro color,
todo me parecía manzanas de
buen sabor.
El día que el sol me dio sus
rayos de ternura
ya no fui la misma,
algo en mí me impulsaba a reír
y cantar.
Mi sol esplendoroso me
convirtió
en mujer amada, respetada,
valorada.
Este sol bueno, me hizo mujer
en plenitud.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos Reservados
domingo, 21 de abril de 2019
QUÉ JESÚS RESUCITE EN NUESTROS CORAZONES
QUE JESÚS RESUCITE EN
NUESTROS CORAZONES
Que Jesús recite en nuestros corazones
que dejemos la vida antigua
que renovemos nuestras actitudes:
mas paciencia con el prójimo,
mas comprensión con todos.
Que su luz irrumpa en nuestras
calles,
en las cortinas de nuestros corazones
y que derribe lo oscuro y
ruin.
Que su bondad nos derrita
como azúcar
y que respondamos con
generosidad a su acto de entrega.
Que nos dejemos iluminar por
su luz radiante,
que nos dejemos amar.
Que transforme nuestras
mentalidades,
que nos regale su paz a
raudales.
La resurrección, no son
huevos de pascua que se rompen
la resurrección es Jesús que
sale victorioso de la tumba y anuncia
que podemos salir de nuestras
oscuridades,
si nos dejamos iluminar por
sus bondades.
Si amamos aunque otros no
amen,
si perdonamos una y mil
veces.
¡La muerte, la muerte no pudo
con el Gran Maestro!
él nos da la clave para salir
de nuestras muertes
y vivir alegres en medio de
las contrariedades.
Qué Jesús resucite
y habite en mí y en ti
por siempre…
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos Reservados
sábado, 20 de abril de 2019
Vuelvo a mi soledad de tierras muertas
VUELVO A SOLEDAD DE TIERRAS MUERTAS
Vuelvo a mi soledad de tierras muertas,
a mi silencio de tierras
desiertas,
a la tumba cimbreante de las
penas.
Araño
los agujeros negros de la
nostalgia,
que quieren succionar, mi
cuerpo y mi alma.
Siento la lluvia helada
de la incomprensión:
No hay nadie
que redima mi pena.
Como hoja seca en el
pavimento
llorosa no hablo,
solo siento pasar del viento
sobre mi cuerpo
y me dejo llevar por su
corriente ciega.
Mariposas negras del desasosiego
me rodean,
siento mi cuerpo deshacerse
en miles de cristales rotos,
entono una oración personal
que me invita su ofertorio
de paz.
La vida ciega se lleva mis
años de olivo verde,
las arrugas se posan en mi
cara, en mis manos, en mi cuerpo...
Soy un costal de dolores y
quejas.
quejas expuestas en lo alto
de una cima solitaria,
donde nadie ve, oye y
siente...
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos Reservados
LA MESA DEL AMOR
LA MESA DEL AMOR
La mesa del amor está servida,
hay rosas olorosas de perdón,
cubiertos ansiosos con cuchillos de alegría;
unas manos cálidas que
servirán el delicioso manjar de la cordialidad.
Todo está preparado
para el encuentro añorado,
vienen a casa viejos amigos
con los que hubo comunión,
y otros con los que quizás hubo algún disgusto.
Pero esta noche,
en esta cena de manteles
blancos
se borrarán las distancias y
los disgustos
y seremos un solo bocado de
fraternidad.
Saltarán las risas de sus
bancos,
la palabra "lo siento"
tendrá un sitio preferencial,
volarán los cálidos abrazos,
lágrimas de alegría
brotarán
al sentirse contento el
corazón.
¡Qué sabores tan dulces tiene
la reconciliación!
¡Qué paz transmite en su
alevilla
qué dulzura en sus alas
blancas!
Qué bueno resulta decir
perdón en una mesa de sinceridad,
¡Qué bello es ver dos amigos
alejados
volverse a mirar de frente
sin rencor!
Qué provechoso
reconocer los errores y
caminar sosegado
en mesas blancas de paz.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-derechos Reservados
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