No puedo estar alegre
porque mi pueblo se desangra en las calles,
por pedir justicia, agua, pan, mejores condiciones de vida, los matan.
¡Ay mi pobre pueblo!
Perfuma de lucha y sacrificio
las calles de Lima,
los gasean, los bombardean, los matan sin piedad.
Vivimos en caos
no hay nadie que dialogue
no hay quien quiera salir de su puesto,
para calmar al pueblo,
no hay fiscalía que haga justicia,
no hay defensoría del pueblo que los defienda,
no hay congreso que los represente.
¿Cuántos muertos más quieren por Dios?
¿Cuánta sangre más correrá?
Con la violencia
no se puede lograr la paz,
porque los ánimos se caldearán más.
Pido al Dios del cielo
que cese la terquedad,
que se tiendan los lazos del diálogo
para tener nuevamente paz
y la sangre de mi pueblo
deje de correr como agua, sin más.
Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados