Las lágrimas (soneto)
Con lágrimas lavarás los pecados
y esos pasos en falso de tu vida,
quién sabe, quizás sean la tenida
que pueda disminuir los enredados.
Pues son los paliativos que callados
alivian malestares, la sufrida
pena, que corre triste y desvestida;
apaciguan el alma con sus dados.
Las lágrimas son lluvia sanadora,
son jabones que lavan nuestra casa;
son dagas, si se botan sin sentido.
Que ociosas no se suelten a cada hora,
pues arrugan la piel y la carcasa,
las lágrimas de Cristo, si han servido.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas— Perú Derechos reservados
soneto en respuesta al soneto de Luis Perez