Hoy rozo con mis pestañas
la cara de la vida,
muerdo en lapiceros
mi existencia
y descubro
que entre los dedos,
esta existencia se esfuma día a día.
y no nos damos cuenta,
o no queremos darnos cuenta.
Me siento en un parque
observo los niños jugar
las madres cuidándolos,
como nos cuida la vida un tiempo y
luego nos deja sueltos
entre los problemas, oficinas,
amigos, familia y estas calles.
Todo parece tan fácil
y a la vez tan complicado,
el circulo existencial gira y gira
y el hombre errante
en este valle de lágrimas
en este oasis seco de amor,
juega a ser feliz una y otra vez
hasta que se rinde
y quiere encontrarse con el otro
pues la soledad mata.
El hombre es un ser gregario
vive en grupo, así se desarrolla
completo
sumergido entre sus congéneres,
dialoga, comparte, ríe y llora.
En las ciudades hay mucha crueldad
para el que está solo.
Tienes que buscarte amigos.
Quisiera arrancarle a la vida más
minutos, más horas,
es poco el tiempo que caminamos por
esta vida,
hay que sacarle el jugo
exprimirle sus últimas gotas
sonreírle aunque nos cueste a veces,
con optimismo podemos ganarle la
partida.
Esta ciudad es así, como la vez
fría y dulce a veces contigo,
pero es el lugar donde vivimos
aquí debemos aprender a convivir con
el otro,
una y otra vez
hasta que descansemos los ojos un
día.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú- Derechos
reservados