El lince mira
El lince mira por todos lados,
se esconde y ataca…
Muchos linces
caminan
agazapados
esperando tu paso en falso para atacar,
cómo si ellos fueran mejores que tú.
No te fíes de los que llevan careta de amigos
porque cuando menos lo pienses
te clavan la boca afilada en la yugular.
Los amigos verdaderos
no se comportan como linces
son más bien gatos amorosos,
siempre te desean el bien
y no te rasguñan el alma.
Los linces humanos
son cautelosos,
pero el que observa las conductas
antes que las palabras,
los descubre,
aunque se escondan entre ramas.
¡Qué Dios nos libre
de sus mordeduras!
Cuya lengua miente y calumnia.
El hombre honesto
siempre escapa
de sus garras
porque Dios le defiende
derramando bendiciones
en su frente.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas Perú Derechos reservados
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