Oigamos sus pequeñas voces, cuidemos sus inocentes azucenas, vigilemos sus conductas. Recostados en las sombras con voces y miradas silenciosas, pequeños pajaritos, esconden sus sacos de penas. Penas que tienen su quid en el maltrato de sus padres, por el bullying que envenena, por el virus que ilusiones cercenan, por buitres que su pureza destierran, por las guerras que aterran. Sus almas cercenaron, y como zombis caminan desorientados, lloran sin motivo, otros son agresivos, y los otros se repliegan en sus cuartos ¡Salvemos a tiempo sus manzanos! Son producto de una sociedad sin alma, que no tiene venas, ni transistores de humanidad. Su salud mental es importante, pueden volverse adultos, de actitudes contaminantes. Autora Edith Elvira Colqui Rojas Perú Derechos reservados
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© SOY UN PEZ SOÑADOR
SOY UN PEZ SOÑADOR
Busco peces con plumas doradas comprometidas, peces con zapatos de tierra... Este poema lo podéis seguir leyendo en las plataformas que siem...
martes, 17 de enero de 2023
Niños deprimidos
Oigamos sus pequeñas voces, cuidemos sus inocentes azucenas, vigilemos sus conductas. Recostados en las sombras con voces y miradas silenciosas, pequeños pajaritos, esconden sus sacos de penas. Penas que tienen su quid en el maltrato de sus padres, por el bullying que envenena, por el virus que ilusiones cercenan, por buitres que su pureza destierran, por las guerras que aterran. Sus almas cercenaron, y como zombis caminan desorientados, lloran sin motivo, otros son agresivos, y los otros se repliegan en sus cuartos ¡Salvemos a tiempo sus manzanos! Son producto de una sociedad sin alma, que no tiene venas, ni transistores de humanidad. Su salud mental es importante, pueden volverse adultos, de actitudes contaminantes. Autora Edith Elvira Colqui Rojas Perú Derechos reservados
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